Tres amigos sobreviven a la crisis inflacionaria post-Covid repartiendo pizzas en sus motos por Santiago de Chile. Un día, uno de ellos decide ayudar a una amiga manteniendo y cuidando una vaca lechera en su patio trasero. Probablemente la vaca haya sido robada, por lo que no se hacen preguntas. Pero después de unas semanas, los amigos se dan cuenta de que nadie recogerá nunca la vaca. Inmediatamente empiezan a discutir sobre qué hacer con la vaca. Consideran ordeñar la vaca y vender su leche cruda. Pero finalmente reciben una fuerte oferta de un carnicero local.

Un final violento se vuelve casi inevitable, pero la historia es más que un thriller, está envuelta en un misterio desconcertante, ya que los personajes repiten una y otra vez que viven dentro de lo que llaman Televisión Cultural. Se pone en duda la realidad en la que viven. Es posible que la amenaza no provenga de las personas que quieren matar a la vaca. El peligro podría ser la experiencia real de intentar sobrevivir como sujetos de una propaganda sofisticada. En este mundo de decadencia social y violencia, alguien podría estar abogando por un nuevo régimen capaz de aplastar a todas las vacas y gobernar, nuevamente, desde los cuarteles militares.