Un llamado a la “insistencia”, un recordatorio de que la revolución feminista es algo que “todavía está pasando”. Esa es la propuesta de “Canciones para cocinar”, la nueva obra del colectivo Lastesis, una iniciativa multimedial que durante 60 minutos en escena pone a la cocina como punto de partida, espacio emblemático de la dimensión doméstica y vinculada a los roles de género.

“La idea de la cocina aparece también como una metáfora de preparar algo. De alguna manera, las demandas feministas -algunas más históricas y otras más actuales- son los ingredientes de esta receta, que se va incrementando, que se va condimentando, que va tomando cuerpo a medida de que transcurre la performance. Esa es la estructura que sigue, vamos cocinando la revolución feminista, es algo en desarrollo, que además, no se termina: spoiler la receta no termina”, cuenta Daffne a través de Zoom.

La obra será estrenada en el Festival Internacional Teatro a Mil, que se desarrollará entre el 3 y 28 de enero, y está dirigida a un público desde los 12 años.

Con Paula Cometa Stange, Sibila Sotomayor Van Rysseghem y Daffne Valdés Vargas sobre la tarima, “Canciones para cocinar” surge en 2022 producto de la inquietud de las artistas por congregar en un mismo dispositivo escénico otras producciones realizadas, como videoperformances, poemas, canciones y otras que hablan sobre demandas y denuncias históricas y actuales de los feminismos, tales como la lucha por el derecho al aborto, la lucha contra la violencia doméstica, el cuerpo como resistencia, el derecho a migrar y otras.

Dado el contexto de producción -entre los dos procesos constituyentes y la conmemoración de otro 11 de septiembre- la obra también reflexiona sobre la violencia estructural hacia las mujeres, tanto en dictadura como en democracia.

“Lo que está bastante presente en el proceso, y por ende en la performance, es el contexto de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. Eso llevó a agregar, por ejemplo, una dimensión que vincula la violencia político-sexual a mujeres y disidencias, pero en este caso como una violencia de Estado continua, desde la dictadura y hasta la realidad”, detalla Sibila.