2023-11-04

Guillermo Calderón, dramaturgo: "En Chile las protestas sociales expresan el trauma de mucha gente que no quiere reconciliarse, sino solo sacar su rabia"

Fuente: El Periódico de España

El creador chileno, gran referente del teatro político y guionista de referencia de Pablo Larraín, llega al FIT de Cádiz y al Festival de Otoño de Madrid con 'Villa', una obra sobre la memoria de las víctimas de la dictadura

Guillermo Calderón ha escrito y dirigido textos referenciales del teatro chileno como Neva, Villa, Escuela o Mateluna, y sus obras han sido estrenadas en más de 25 países. Guionista habitual del director de cine Pablo Larraín, con el que ha escrito El Club, Neruda o Ema, el pasado mes de septiembre ambos fueron galardonados en el Festival de Venecia con el León de Oro al Mejor Guión por la película El conde. Calderón (Santiago de Chile, 1971) llega este sábado al Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz con Villa, una obra que estrenó en 2011 y que se representó de nuevo el pasado 11 de septiembre en Santiago de Chile con motivo del 50º aniversario del Golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende. En Villa, tres mujeres jóvenes discuten qué hacer con Villa Grimaldi, uno de los mayores centros de detención y tortura de la dictadura de Pinochet en una obra que se pregunta cómo gestionar la memoria de las víctimas, qué hacer con el dolor individual y colectivo, y cuánto pesa en el presente todo ese pasado.

Tras su paso por Cádiz, la pieza viajará al Festival de Otoño de Madrid, donde también se podrá ver Constante, su relectura en clave de thriller de El príncipe constante de Calderón de la Barca, dirigida por el uruguayo Gabriel Calderón. En 2024 el creador chileno escribirá una nueva obra de teatro y dos guiones de cine, pero antes estrenará Vaca, “una obra acerca del Chile contemporáneo, el Chile pospandemia, el Chile sin rumbo político y sin esperanza”. Hablamos con él de memoria, claro, pero también de la santísima trinidad del arte con vocación de transformación: el escenario, la política y la calle.

P. Doce años después de su estreno, ¿qué vigencia tiene hoy Villa?

R. Las preguntas y la discusión que plantea Villa siguen vigentes, pero más allá de eso, en Chile hubo una crisis que provoca una ola de protestas en 2019, el estallido social, y el 18 de octubre el presidente sale por televisión diciendo ‘estamos en guerra contra esta gente’, exactamente lo mismo que hacía la dictadura, declarar una guerra contra la gente que protestaba. La policía disparó a las cabezas y los ojos de las personas y ese acto de crueldad fue comparable a las torturas que se hicieron durante la dictadura. Ese momento fue la verdadera conmemoración de los 50 años del golpe. Nos dimos cuenta de que no es sólo que la dictadura no se hubiera terminado, sino que además se había institucionalizado, incluyendo la prensa y las instituciones políticas y judiciales. Por lo tanto, el horror de volver a Villa es que estamos representando una obra que sigue teniendo vigencia.

P. La obra se reestrenó el pasado 11 de septiembre, 50 años después del golpe, en el Estadio Nacional, también centro de torturas de la dictadura. La función se hizo sin público y se emitió por streaming, ¿cómo fue aquello?

R. Estrenamos Villa en un centro de tortura que se llama Londres 38, después en la Villa Grimaldi y en otro centro de tortura que se llama José Domingo Cañas, lugares que han sido demolidos y dónde teníamos cierta idea de lo que nos podíamos encontrar, pero el Estadio Nacional es particularmente sorprendente porque hicimos la obra debajo de los asientos, en lugares que utilizan como bodega. Ahora hay un memorial, hay fotos y qué sé yo, y fuimos un día que había sol, pero allá abajo hacía un frío muy, muy fuerte. Era un lugar a pocos metros de la cancha de fútbol y lo que más nos sorprendió fue el frío que hacía. Pensamos que ese nivel de frío ya era una tortura. Y la paradoja es que es un centro de alegría donde Chile organizó un mundial de fútbol en 1962 y 11 años después, esos jóvenes que habían visto los partidos estaban metidos en esa cárcel. Fue muy fuerte, muy duro.