Nicolás Pavez: “Rechazar al mundo material en que nos encontramos es en extremo valiente y admirable”

En el montaje creado por Trinidad González, el actor Nicolás Pávez encarna a Pájaro, un individuo templado y marginal que irrumpe en un ambiente trivial y frívolo, violentándolo. La obra se presentará entre el 8 y 11 de mayo en Taller Siglo XX.

Por Sonia López Baena

“Muy tarde en plena noche, un grupo de amigos, todos relacionados con el mundo humanista y del arte, conversan y toman vino en un clima burlón y snob. La dueña de casa decide salir a botar la basura. Cuando vuelve, trae con ella a un desconocido que encontró durmiendo en la cuneta. El recién llegado dice no ser un hombre, sino un pájaro”.

Ese es el argumento de Pájaro, el último montaje de Trinidad González que se estrenó como parte del ciclo Teatro Hoy 2015 y que ahora vuelve con una nueva, pero breve temporada. En la puesta, Nicolás Pavez es Pájaro, un individuo que decide vivir al margen de un sistema de relaciones humanas cada vez más agresivo, materialista y superficial.

Desde que Pavez egresó de la Universidad de Chile en 2006, ha estado comprometido principalmente con el teatro, ya sea como actor -en más de una quincena de producciones-, desde la dirección y como componente activo de la compañía Teatro Sur. En este montaje, Pájaro le ha llevado a reflexionar sobre la responsabilidad y coherencia de sus acciones en una realidad que la obra desea dejar en evidencia. Conversamos con él sobre el desafío de trabajar en esta producción y la importancia de llevar al público este tipo de personajes.

¿Cómo llegaste a asumir el rol de Pájaro?

Con Trinidad tuve la oportunidad de trabajar en La reunión, haciendo un reemplazo a Jorge Becker. Ella ya me conocía como actor y, luego de eso, me presentó este proyecto que recién empezaba a escribir. De a poco se fue formando el grupo, y en distintas reuniones fuimos creando el proyecto que dio con la obra.

¿Qué particularidades te ha planteado este trabajo actoral? 

A Trinidad le gusta tener relaciones de confianza con sus actores, y hemos tenido mucho tiempo de conversaciones con respecto a la obra y al teatro. El reto actoral de este trabajo es ambicioso: conseguir realizar un acto performático, mostrarse entero a través de emociones muy profundas que puedan incomodar al que lo ve.

¿Cómo ha sido, y sigue siendo, tu convivencia con este personaje que no se esconde de la realidad que le rodea, sino que la enfrenta?