#TEATRORAMA, panoramas para toda la semana

Llegó diciembre y con ello el cierre del año, sin embargo las compañías nacionales siguen presentando sus propuestas teatrales sin parar. Aquí te dejamos dos reposiciones y un estreno internacional para que disfrutes durante esta semana.

LA DAMA DE LOS ANDES

Temporada: 1 al 10 diciembre, 2016
Autoría y Dirección: Bosco Cayo
Elenco: April Gregory, Angélica Tapia, Verónica Medel y Ana María López.
Compañía: Teatro Sin Dominio
Funciones: Mi a Sá – 21 h
Lugar: Edificio B, piso 2, Sala N1. GAM
Valores: $ 5.000 Gral. $ 3.000 Est. y 3ed.
Reposición.

La Presidenta de las Damas de Rojo del Hospital de los Andes sufre un alzheimer severo, su enfermedad la inhabilita a seguir en el voluntariado de toda su vida. Por esta razón, sus camaradas más cercanas la visitarán para realizar una terapia de recuperación de la memoria, que no sólo traerá su pasado, sino un recuerdo que jamás pensaron volver a escuchar.

MUJER DE PREÑEZ HÚNGARA

Temporada: 2 al 18 de diciembre
Dirección: Pasquinel Martínez
Elenco: Claudia Araya, Juan Manuel Esquivel, Christian Oyarzún, Tomás Bastidas, Cris Fabián,Rodolfo Armijo y Franco Morales.
Funciones: Jueves a domingo 20.30 horas
Valores: General $6.000, estudiantes $3.000
Lugar: Teatro Duoc UC, Bellavista 0503. Providencia.
Reposición.

Una mujer se autoexilia para olvidar las fracturas de su infancia y de un amor tormentoso. Esa migración es a la vez un tratamiento para automutilar su memoria y afectos. El viaje -doloroso, violento y solitario- es el último intento de la mujer por mantenerse en la vida, aun sabiendo que cualquier opción por la vida es también una opción por la muerte.

EL HOMBRE MENGUANTE

Compañía: Pérez&Disla
Temporada: Del 6 al 8 diciembre, 2016
Lugar:  Espacio Diana.
Valores: $3.000 general (venta en boletería el día de las funciones).

El hombre menguante es la escenificación de una búsqueda: cómo posicionarnos en un entorno hostil donde nos sentimos cada vez más aislados, más excluidos, más vulnerables, más desencantados. No queremos caer en un victimismo pasivo. Buscamos sacar algo en positivo para no sumirnos en la impotencia.