9.5.2018 | None
Cinco piezas conforman el quinto Ciclo Solos o Acompañados
Nuevamente el ciclo de danza contemporánea Solos o Acompañados se toma el Centro Cultural Matucana 100. En esta ocasión, el encuentro que presenta trabajos en formato solista o dúo, reúne a bailarines y creadores seleccionados a través de una convocatoria abierta hecha por el espacio, la cual recibió propuestas temáticas, estéticas y/o poéticas de carácter libre.
Entre el 10 y 20 de mayo, en la microsala de Matucana100, se presentarán cinco piezas a cargo de coreógrafos de trayectoria. Estos trabajos que alcanzan los 50 minutos de duración, forman parte de una primera selección de un total de tres que se presentarán durante todo 2018 en M100.
El V Ciclo Solos o Acompañados tendrá funciones de jueves a domingo, a las 20.15 horas. Entradas con valores de $4.000 general, $3.000 estudiantes y tercera edad, y $2.000 jueves popular. Disponibles aquí.
Obra dedicada a la apneista Natalia Molchanova, desaparecida en el mar Mediterráneo 2015.
Intérpretes: Marcela Retamales y Darío Yovane
Mezcla banda sonora: Víctor Gutiérrez, compositor
Asistente: Rodrigo Peña Roa
Agradecimientos: Eduardo Osorio, Rodrigo Ugarte
“Aquí, cuerpos inventados en un breve discontinuo. Me embarga la ficción de un retrato nocturno que nunca veré”.
Intérpretes: Matías Aravena y Cynthia Gaete
“Tiempo. La llama de una vela, enigmático pulso interno que enciende miradas y pensamientos, capas de quebrar la nada. Lo que ves no es para ti, ni para mí, ni para los iniciados, es para esa niña que nadie saca a bailar”.
Coreógrafo e intérprete: Cristián Marambio
“Pieza de danza contemporánea basada en la investigación del propio cuerpo, ser cuerpo, estar en él, salir de éste y generar un nuevo cuerpo. La búsqueda de la liberación es lo que lleva a generar el lenguaje de la pieza, dejando de lado épocas, género y lenguajes técnicos influenciados por corrientes dancísticas”.
PIEZAS
De Paulina Lathrop
Coreógrafa e intérprete: Paulina Lathrop
“Noche de desvelo, una luz de velador muestra de manera fragmentada piezas de un puzzle inconsciente. Se van entremezclando cosas pendientes, ruidos del exterior, miedos y deseos profundos, que se presentan incoherentes, al igual que los sueños. Me mantengo alerta, en vigilia ante el asecho del mundo onírico. El cuerpo quiere y debe reposar en el silencio de la noche, pero hay mucho ruido interior, frases que se repiten, afectos indeseables que se presentan recurrentes y que impiden el olvido”.