9.9.2015 | None
Concierto trae de vuelta su experiencia sensorial en nueva temporada
En 2011, Ana Luz Ormazábal (actriz, dramaturga, directora y con estudios en danza contemporánea y movimiento), se propuso explorar al sonido y ponerlo en escena. Así nació Concierto, una puesta en escena donde ocho actores, bailarines, músicos y diseñador deciden realizar un concierto, explorando la musicalidad del cuerpo, como premisa de creación. A partir de las posibilidades del sonido emerge el evento, se invita al espectador a ser partícipe de la experiencia.
“Nace de ver cómo performan los músicos, y darme cuenta que eso tenía altos elementos teatrales. Mi pensamiento era que la música, como género artístico, es el más completo porque aparece una cosa del inconsciente cuando uno la escucha, aparece una relación muy única como espectador y como experienciador, y para mí, eso era lo que quería explorar”, recuerda su directora a sólo días de su nueva temporada en el Anfiteatro de Bellas Artes.
Para la creación del montaje, Ana Luz trabajó mano a mano con los intérpretes, sus historias y lo que cada uno podía entregar en escena. “La elección de la gente fue la primera decisión artística, porque tenía que ser gente que tuviera una relación muy particular con la música”, explica. Luego, vino la experimentación. A través de ejercicios de improvisación, vocales, físicos, cada uno de los artistas puso de su experiencia para enriquecer el espectáculo. “Hay una parte en que algunas chicas cantan música negra, como The Supremes, y es porque ellas gustan de esa música, y aparece porque es algo en lo que ellas son expertas. Uno trabaja a partir de la expertiz de cada uno”, explica su directora, pero asegurando que no se trata de una obra biográfica.
Se destaca mucho a la mujer dentro del montaje, su historia, la música y sus referentes. ¿Eso fue a propósito o se fue dando en el proceso de creación? ¿Cuál es el rol de ellas y del hombre?
Sí, se fue dando. Ahora soy capaz de verlo en mis nuevos trabajos, pero en ese momento, me parece que las mujeres fueron mucho más potentes que los hombres en la puesta en escena. Ellas fueron mucho más radicales en sus propuestas, tenían un lugar mucho más propio desde la música, sus discursos y como intérpretes.
Trabajamos mucho la manipulación del cuerpo, donde el cuerpo es un instrumento, que cuando lo mueves, sale un sonido. Entonces pasaba que cuando tocabas a una de las mujeres, eran muy dóciles, mientras que los hombres lo manipulaban mucho. En ese momento no lo pude ver, y cuando me lo comentaron, me di cuenta. Creo que tiene que ver con la potencia de ellas y los resultados del trabajo de improvisación. Es muy potente, porque cuando se mueve un cuerpo, deja en evidencia un rol de poder y un status distinto entre uno y otro. Encuentro bonito que se haya dado así, que no haya estado desde un principio, porque es bien honesto y muy performático, porque cuenta una historia.
En muchos lados se habla de Concierto como una pieza que no tiene, ni necesita explicación, sino que sólo se trata de disfrutar. ¿Estás de acuerdo?
Sí, fue algo que nos planteamos cuando escribimos la reseña, que es muy sencilla, y cuando ponemos la premisa: vamos a hacer un concierto y estas son nuestras herramientas. Eso es lo que aparece, y por eso puede parecer súper conceptual y también muy carnal, súper vivo; pero responde a algo que yo quería, que era lograr una experiencia sensible. Ésa era mi primera idea, hacer una experiencia sensible, que tenga que ver con la percepción, más que con el entendimiento de un mensaje.
Mucho más que decir que somos teatro, o danza, o cualquier otra categoría.
Claro, nosotros estamos siempre en los límites de las disciplinas, saltando de un límite a otro. Creo que por eso es que cuando escriben sobre Concierto, más allá de contar las escenas, cuentan lo que les pasó, porque el deseo es entrar en una experiencia sensible y en nuevos campos de la percepción, y a partir de eso, lo que uno puede decir-hacer a través de la percepción. No tenemos para qué decir un discurso sólido, sino que es algo que se va creando a través del público y la puesta en escena. El público construye con su propia biografía lo que ve, porque tiene que ver con lo que uno siente.
No es que ustedes esperen que el público sienta o piense de una sola forma.
No, y eso es lo que pasa con la música: siempre la completa el que la escucha, depende de quien la escucha. Eso es lo lindo de la música y por eso mi idea de investigar a través del sonido. Es inmaterial y eso es lo que pasa con Concierto, no se aterriza nunca y eso lo hace el espectador. Cada uno se lleva su propio discurso.
Ya han pasado casi tres años desde que la obra se presentó por primera vez en 2012. ¿Han realizado algún cambio? ¿Qué aprendieron en sus anteriores temporadas?
Siempre queremos ponerla en el contexto en el que estamos, en el presente en el que estamos, entonces siempre estamos revisando todo el material, todas las escenas, de acuerdo lo que nos pasa hoy. Eso no significa hacer un cambio de escena, sino que es habitar la escena de una manera distinta.
Creo que la distancia nos ha hecho entender lo potente que fue desde un inicio la dramaturgia del sonido, que es el trabajo que estamos haciendo y que también lo he plasmado en otro de mis trabajos, Agnetha Kurtz Roca Method. Eso me hizo entender que existe una cierta poética presente, que es generar una puesta en escena a partir del sonido, y no un texto que uno se aprenda de memoria, sino algo que uno tiene que activar. Por eso mismo los ensayos no los llamamos ensayos, sino que practicamos la obra. Uno tiene que practicar como si fuera una disciplina, como si fuera un deporte.
En un momento participaron músicos como teloneros. ¿Por qué esa decisión? ¿Continuará esa dinámica?
Sí, va a continuar así, y los teloneros van a ser Wentru (jueves 24), Tea Time (viernes 25), Noco y la house (sábado 26), (Me llamo) Sebastián (domingo 27).
Tenemos teloneros porque en los conciertos hay teloneros y queríamos respetar el formato. La idea era contar con artistas emergentes, jóvenes, que quieran llegar a nuevos públicos y viceversa: llamar a su público a que vayan al teatro a ver esta obra. Es una especie de colaboración, y ellos pueden tocar media hora, los temas que quieran, decir lo que quieran y eso sirve para calentar al público, tal como pasa en un concierto.
Concierto se podrá vivir del 24 al 27 de septiembre en el Anfiteatro Bellas Artes (a un costado del Museo Bellas Artes, frente al Parque Forestal. Metro Bellas Artes, Santiago). Las entradas tienen un valor de $5.000 general y $3.000 para tercera edad y estudiantes, y pueden ser adquiridas dos horas antes de cada función.
Más información:
facebook.com/concierto.teatro
conciertoteatro.tumblr.com