4.10.2018 | None
La Re-sentida en retrospectiva: 10 años de teatro colectivo, político y disruptivo
Por Constanza Rifo
La Resentida nace el año 2008 en Valparaíso, dirigida por Marco Layera e integrada por jóvenes artistas de la escena nacional chilena, quienes se abocan a la búsqueda y consolidación de un lenguaje capaz de retratar las ideas de su generación, asumiendo como un deber la reflexión desde la provocación y la crítica desde una perspectiva política. “La compañía se hizo notar en sus inicios por su ánimo iconoclasta, por su virulenta crítica al orden establecido en Chile, eso es lo que la destacó. Hoy es una de las compañías más reconocidas en nuestro medio y su aporte es la vocación que tienen por hacer un teatro que se burla del orden. Incluso se refieren a la historia reciente y eso es novedoso para un púbico joven que no vivió esa época. Lo que hace La-resentida viene a reflejar un poco en lo que ha devenido la juventud, refleja el descreimiento, la pérdida de las ilusiones, esta visión casi anárquica, la falta de fe e ilusiones en un cambio, la idea de demoler todo porque nada vale ni es bueno en la sociedad actual” dice el crítico teatral Pedro Labra.
A lo largo de sus 10 años de carrera han trabajado con al menos 60 profesionales de las artes escénicas, convirtiéndose en referente para las compañías más jóvenes de nuestro país, que en la búsqueda de nuevos lenguajes observan a La-resentida como un ejemplo de trabajo colectivo y reflexión política profunda sobre la realidad nacional. Así lo ve Sebastián Squella, director de la compañía Perro Muerto, quien tuvo la oportunidad de ver Simulacro y Tratando de hacer una obra que cambie el mundo en la universidad y luego trabajó con La-resentida en La imaginación del Futuro y el proceso creativo de La dictadura de lo cool.
“Ambos montajes creo que me hicieron ver que en esto se pueden romper todas estas reglas a las que estamos acostumbrados y hacer algo completamente distinto, eso fue fundamental para mi formación. Luego trabajando con ellos me llamó mucho la atención la manera en que crean los montajes, el no quedarse nunca con el primer material sino que con procesos muy largos de investigación, de probar, de profundizar mucho, eso no es algo que se haga tanto en Chile, estamos acostumbrados a una lógica de producción de cantidad más que de calidad. Más allá de lo que uno puede opinar políticamente de sus obras, resalta a la vista que es un discurso que se genera de la comunidad de ese grupo, resistir desde la comunidad también es un acto político, y en ese sentido sí son un referente para Perro Muerto, son unos hermanos mayores y personas muy lindas, siempre nos han apoyado” agrega Squella.
El lugar escogido para realizar celebración de la compañía es el Centro Cultura Matucana 100, un espacio que habitualmente programa a la agrupación por su línea de investigación y trabajo a largo plazo, con proyección, pero además porque su fresco lenguaje teatral dialoga tanto con la gente joven como con las personas más adultas: “Las compañías jóvenes los miran como un referente, a mí me parece que son de las 5 compañías más importantes del teatro contemporáneo chileno y para nosotros es muy importante poder programarla en sus 10 años. La-resentida o te gusta mucho o no te gusta nada y en ese sentido es una experiencia, y cuando el teatro se vuelve una experiencia que te obliga a sentir, y te tensiona a ese nivel emocional, dramática e intelectualmente, pasa a ser significativa” comenta Cristóbal Gumucio, director de Matucana 100.
10 años de historia
Dentro de esta retrospectiva han tenido la posibilidad de reencontrarse con sus primeros montajes y ser testigos de su propia evolución. Si en un principio se dijo que su lenguaje era anti teatral, hoy con el teatro lleno, La-resentida nuevamente puede ver los frutos de hacer el teatro “como ellos quieren”. Marco Layera, director de la compañía, ve en esta celebración una posibilidad de “volver a reencantarse, volver a encontrarse con la gente que ha sido parte de esto y agradecer, porque es un acto de agradecimiento a quienes hacen posible esto. Hemos tenido la suerte de tener una carrera muy vertiginosa, tuvimos la posibilidad de instalarnos y que nos fuera bien, tanto con el público como con nuestra proyección internacional. Durante estos 10 años hemos hecho hartos hitos, como estar en Avignon y ser los primeros después de La Troppa. Estar dos veces ahí y en muchos festivales donde nunca hubo teatro nacional y eso significa abrir las puertas al teatro chileno y también para otras compañías”.
Una de las particularidades del ciclo es que la compañía vuelve a montar su primera obra Simulacro – creada en 2008 –, en una apuesta por volver a sus orígenes con un montaje que cuestionaba la visión exitista del país llegada la celebración del bicentenario, derribando el discurso hegemónico en donde la construcción de identidades tiene como base el “consumo” y no la memoria colectiva de nuestro país. 10 años después el montaje sigue siendo actual y contingente, sin embargo el país se ha ido transformando, con una ciudadanía que cada vez va poniendo más en la palestra discusiones y demandas sociales.
“Montar Simulacro es hacer un viaje sobre cómo ha cambiado Chile, porque seguimos siendo un país totalmente grosero y desigual, pero los temas que tocábamos en nuestras obras, sobre todo en esta, son temas que antes no estaban en la agenda pública, hoy en día sí, se discuten y hay una ciudadanía que quiere revindicar ciertos derechos, hay un ideario nuevo generacional. Entonces Chile sí ha cambiado porque en 2008 había un statu quo, una tele monopolizada por Morandé con compañía, y no había tantas voces de crítica, todos estaban contentos con la transición democrática. Nosotros empezamos a dar estas primeras visiones críticas con lo del bicentenario, esta celebración de un país justo frente al no estábamos de acuerdo, queríamos aguar el cumpleaños feliz” agrega Layera.
Además, en una búsqueda por hacer la celebración más comunitaria y cercana, después de algunas funciones se dará paso a un “After obra” en la explanada, que lejos de ser un conversatorio post función, se convierte en un espacio de encuentro entre el público y la compañía, acompañados en algunas ocaciones de DJ’s y música en vivo de algunas bandas cercanas a la agrupación. A esto se le suma la comida y los bebestibles que aseguran que tendrán precios populares porque el fin es “no convertir esto en algo de élite, ni ganar dinero”.
Además, los jueves 4, 11 y 18, en la Microsala de M100, se realizarán los conversatorios El teatro como ejercicio colectivo, entre público y compañías para intercambiar experiencias y conceptos. Lo anterior es totalmente gratuito.
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