18.8.2016 | None
Nueva obra de Teatro Serendipia reflexiona en torno a la privación de libertad
Karen Bauer y Loreto Cruzat se conocen hace más de 18 años, cuando fueron compañeras en la Escuela de Teatro de la Universidad Finis Terra. Sin embargo, fue recién en 2012 cuando decidieron unir fuerzas como dramaturga y directora, respectivamente, y tomaron la decisión de formar su propia compañía, llamada Teatro Serendipia.
“A las dos nos gustaba un tipo de teatro que fuera más despojado y dependiera más del actor”, cuenta Karen sobre uno de los principios que se establecieron como agrupación. “Habíamos visto en el panorama teatral que el actor estaba siendo un poco desplazado, por eso decidimos volver al origen, a lo que nos habían enseñado sobre que lo escénico nace del actor y su relación con el director”.
Tempranamente la dupla se dio cuenta del buen trabajo creativo que lograba en conjunto, y así fueron creando montajes como Reinas de Shakespeare, Calafate el origen del Hain, Lunes (Fondart 2013) y Feriado (Fondart 2012). “Desde que empezamos a trabajar con Loreto nos dimos cuenta que nos entendíamos, que tenemos un lenguaje en común que ella comprendía. Eso ha dado buenos resultados, porque ella puede traducir muy bien ciertas imágenes, ciertas cosas que a veces uno como dramaturgo tiene que entrar a explicar, pero con ella eso es mucho más fácil”, explica Karen entre risas, y además confiesa que es ella quien busca nuevos temas y prepara los textos completos de cada obra, para posteriormente trabajar la puesta en escena.
Ahora, la dupla esta pronta a estrenar su más reciente trabajo El guarén, una obra ganadora de Fondart del Libro y Lectura 2016 que presenta la realidad de un joven reo, quien en la zona de castigo, decide comenzar a escribir en su cuaderno sobre su estancia en la cárcel. La idea original nació de Karen, quien hace aproximadamente dos años vio un documental sobre una zona de castigo de una cárcel latinoamericana ubicada en un lugar desértico, y sólo una frase fue necesaria para comenzar una investigación en torno al tema. “Decía ‘en este lugar estoy solo, y no hay nadie que me eche una mano’”, recuerda Karen. Y continúa: “A partir de esa imagen y esa frase, pensé en cosas como, ¿con quién hablará este hombre? ¿Habrá alguien que lo escuche? ¿Cómo será el monólogo que tiene él con el mismo? ¿Cuáles serán sus rabias?”.
Protagonizada por Ignacio Tolorza, Pablo Jerez y Nicolás Figueroa, el montaje de a poco irá develando la decadencia y las injusticias que “el guarén” vive mientras está encerrado en este lugar, un espacio donde sólo los más fuertes lograrán sobrevivir. Aún así, su creadora lanza una advertencia: “Me gustaría que el público percibiera que la obra no es sobre una cárcel, sino que sobre una persona, sobre un ser humano que está en este lugar. No habla de la realidad carcelaria, porque si bien toca el tema de la cárcel, habla sobre una persona en específico que está viviendo un tema específico. Siento que la única forma de visibilizar estos grandes temas que tenemos como sociedad, es particularizarlos. Si la obra lo logra, cumplimos nuestro objetivo”.
¿Por qué el nombre El Guarén?
Es lo primero que se me vino a la cabeza después de la frase con la que empezó todo, y que tiene que ver con este ser que tiene que sobrevivir y que es el más despreciado de todos. Al decir “guarén”, uno piensa en algo peor que un ratón, en algo que no queremos ver. Lo asocié al personaje por ser algo totalmente despreciado y habitando lugares que son inhabitables para el resto de los humanos. El guarén sobrevive en lugares que nadie se imaginaría, en el inframundo. Al personaje le pasa lo mismo, está en un inframundo que invisibilizamos totalmente, porque nadie habla de las cárceles y la realidad de ellas, es como un tema tabú para la sociedad.
¿Cómo construiste la historia detrás de este personaje que está privado de libertad? ¿Qué es lo que podremos descifrar de este personaje cuando lo veamos en escena?
Este personaje recuerda a otros personajes que se me vinieron a la memoria cuando empecé a escribir, como el joven que murió en la cárcel de San Miguel y que vendía películas. Él estuvo ahí, pero no tenía por qué estarlo, no le correspondía estar en un lugar así y le tocó una muerte horrible. El personaje de la obra también es joven y a él también le tocó estar ahí. Hay muchas cosas que pasan por azar en esta vida, porque te tocó no más y a este personaje le tocó esta vida. La obra también toca la injusticia del sistema carcelario, que es igual para todos y no debería ser así, porque es sumamente injusto y cruel para las personas que no están preparadas para vivir esa situación.
El guarén se presentará el 19, 20, 26 y 27 de agosto a las 20.30 horas en la Sala Negra de la Escuela de Teatro de la Universidad de Valparaíso (Brasil 1647), mientras que en Santiago tendrán funciones los días martes 23 y miércoles 24 a las 20.30 horas en Teatro Sidarte (Ernesto Pinto Lagarrigue 131, Barrio Bellavista, Recoleta), con entradas a $5.500 general y $3.500 para estudiantes y tercera edad. En tanto, en septiembre volverá los días 10 y 11 en el Parque Cultural de Valparaíso.