Hofesh Shechter llega a Santiago a Mil con Political Mother
Hofesh Shechter (Israel, 1975) recorrió un largo camino para transformarse en el coreógrafo de fama mundial que es actualmente. Siendo niño estudió piano, para luego formar parte de la Batsheva Dance Company, una de las agrupaciones de danza más aclamadas del mundo y que visitó Chile en 2015 como parte de la programación del Festival Internacional Santiago a Mil.
De forma paralela estudiaba percusión, hasta que la música fue más fuerte y Shechter abandonó la compañía. “Estaba absorbiendo composiciones, ideas, emociones y energía. De alguna manera, todo se sentía demasiado cómodo”, explicó el artista que actualmente reside en Londres a Arts Beats. “Era un lugar respetable para estar, con un buen sueldo. De repente lo sentí. ¿Yo elegí esto?, ¿qué pasó con la música en mi vida?”, agregó en la entrevista.
Shechter partió a Francia para estudiar percusión y formar su propia banda de rock, The Human Beings. Luego volvió a Tel Aviv, y mientras tocaba con su banda, enseñaba clases de danza. Hasta que nuevamente tomó sus maletas que lo llevarían de vuelta al baile. “Estaba sintiendo una especie de insecto creativo, pero sabía que no iba a suceder en ese lugar”, agregó en la misma entrevista. Ya en Londres, Hofesh formó parte de la Jasmin Vardimon Company durante 2002, y al año siguiente se atrevió a crear su primer espectáculo, Fragments, una pieza para la que también compuso la música.
“Nunca decidí que la danza fuese mi carrera, sino más bien, es algo que he tratado de hacer”, dijo en una de sus presentaciones en la Academia de Música de Brooklyn (BAM). “Cada una de las cosas que haces está basada en tus propias creencias. Por eso, algunas veces vas a parpadear, vas a perder la esperanza y otras veces la vas a ganar. Pero tratar de hacer siempre algo que te motive, que te dé esperanza, es muy importante. Por eso es importante seguir intentándolo”, dijo sobre las motivaciones que lo han llevado a crear, hasta la fecha, 13 piezas de danza y otros trabajos en teatro, ópera y televisión, además de fundar su propia compañía, la Hofesh Shechter Company.
Una experiencia inigualable
Siete años después de su debut en la creación y dirección, nació Political mother, espectáculo con el que Hofesh Shechter llegará por primera vez a Chile, convertido en uno de los principales nombres de la programación de danza del Festival Internacional Santiago a Mil 2016.
Todo nació por un sonido en la cabeza de Hofesh. “Tenía una idea, un loop de batería que nos dirigía hacia adelante, que al ritmo de un tren nos llevaba hacia el centro de un agujero de conejo”, revela su autor a Fundación Teatro a Mil. “Mi primer instinto fue robar un ritmo de una canción de Peter Gabriel, así que lo hice. Con Yaron (Yaron Engler, colaborador de la música) nos sentamos y empezamos a grabar en lo que quedaba de mi antigua batería. Sonaba ruda, sonaba real, como algo que podrías encontrar botado en la calle. Esta miserable grabación creció en lo que ahora suena como si fuera el fin del mundo”.
El siguiente paso fue crear la coreografía. Durante todo un mes, los bailarines fueron obligados a escuchar el loop de “el fin del mundo” una y otra vez, cuatro o cinco horas al día, sin adiciones o decoraciones. “Era un absoluto sketch. Había algo sobre el sonido y la atmósfera que nos inspiraba. Luego de unas semanas, suficiente fue suficiente, y algo en la coreografía comenzó a crecer en complejidad, lo que demandó una respuesta proporcional en la música”, relata Hofesh.
Después del ir y venir, de grabar voces y nuevos instrumentos, todo empezó a caer en su lugar. “En las últimas semanas de creación, un montón de cosas importantes pasaron. Ahora todo está aquí, todos los movimientos, las secciones, los músicos, los bailarines, las emociones, las ideas, el sonido de los instrumentos… y todo está ahí y es un juego de decisiones. Lo que está allí, lo que está afuera, cuándo y cómo. Fue en ese momento cuando toda esta información, el sonido y los movimientos, se establecieron juntos”.
Desde su estreno en 2010, la crítica ha descrito el montaje como “parte espectáculo de danza, parte concierto de rock (…) es una maravilla audiovisual” (The Telegraph), debido a su intensa y poderosa mezcla de música tocada por una banda de músicos en vivo, extraordinarias escenas interpretadas por sus diez bailarines y una edición cinematográfica que hacen de este espectáculo una experiencia de danza inigualable.
“En Political mother, Shechter vuelve a su tema más característico, dándole vueltas a los mecanismos del Estado y la sociedad”, explica Judith Mackrell, en el periódico británico The Guardian, sobre la temática detrás de semejante montaje. Y agrega: “Pero su atención se centra en las formas en que los ideales de la camaradería, el deber y el servicio pueden ser anexados y brutalizados por un poder represivo”.
A través de un trabajo rudo y directo, y con un potente riff de guitarras eléctricas, golpes de tambores y baterías que dan vida a cada uno de los movimientos de los bailarines en escena, Political mother, no hace más que impactar. Así, sus presentaciones son más un concierto de rock, que una pieza de danza tradicional.
“Si ellos sienten que pueden expresarse en la mitad del show, ellos pueden gritar, aplaudir, conversar, tomar una cerveza. Es un ambiente muy libre”, dijo el propio autor sobre la reacción del público en una entrevista con Time Out. “Es algo entretenido y por eso lo hacemos, porque es divertido. Es una celebración por la libertad”.
Para Hofesh Shechter, según dijo al Independent, el público hace la mitad del trabajo. “Mi obra no está terminada hasta que haya una audiencia mirando. Siempre insisto en eso. Esto es una ceremonia, y una ceremonia está hecha para una audiencia. Está hecha de la energía que rebota de un lado para otro, entre el escenario y la audiencia. Es una cosa primitiva que ha estado desde que el teatro fue inventado”.