Excesos: un juego de dobles y espejos
Las obsesiones del escritor chileno Mauricio Wacquez salen a escena de la mano del director Cristián Plana y del actor Alfredo Castro en Excesos, obra que se estará presentando en Centro GAM.
Por José Arroyo Mancilla
Un hombre espera que llegue su mujer, pero ella se ha ido y no volverá nunca más, y ante la imposibilidad de estar con su amor perdido, decide transformarse en ella ocupando su propio cuerpo para suplir la ausencia de su amada Irene. Para lograrlo comienza por maquillarse, intentando delinearse los ojos tal como lo haría su amada y ausente mujer.
Este es el inicio de Excesos, el breve relato de 1971 del escritor chileno Mauricio Wacquez (1939-2000), quien tras lanzarlo en Chile, resulta finalista en el concurso de la Casa de las Américas. Dos años antes, había publicado en Francia un adelanto de la novela en una edición de lujo, bilingüe, con prólogo de Julio Cortázar e ilustraciones de Bernard Suchiere.
Será este relato el que sirva de hilo conductor de la obra homónima, que además contempla fragmentos correspondientes a los cuentos Los Domingos ( I y II) y La sonrisa en la boca y otros extractos de la novela Frente a un hombre armado, donde la ausencia, el poder, la idea del doble y lo onírico son parte esencial de cada una de las historias.
El encargado de traducir escénicamente el imaginario que Wacquez plasmó en sus escritos fue el director chileno Cristián Plana, quien invitó a Alfredo Castro a ser parte de este proyecto para interpretar el papel principal, como protagonista de un montaje con juego de dobles, de voces, de sueños y de reflejos.
- ¿Cómo surgió la idea de llevar a escena estos textos de Wacquez?
- Siempre tuve el deseo de poner en escena el cuento Excesos, porque me parece muy interesante cómo el título se relaciona con lo que lleva a cabo este personaje, que es ponerse en el lugar del amor perdido, este sujeto perdido, para suplirlo, para representar a ese otro.
- ¿Y cómo se suman las otras historias?
-Porque a partir de la idea de trabajar con la obra de Wacquez, me puse a leer mucho de él, leí muchos cuentos cortos que escribió los primeros años en la década del 60, como La sonrisa en la boca y Los domingos, y luego la novela Frente a un hombre armado que ya es de los ochenta y donde se puede apreciar nítidamente el viaje literario que él realizó, pero independiente de la época en que hayan sido escritos, todos estos relatos están travesados por una misma obsesión o imaginarios que tiene que ver con esta confusión de roles, la idea del doble, si es él o no, todo está atravesado por lo onírico también esto de soñar con otros pero que finalmente siempre es uno mismo, uno sueña con la madre, su pareja, con un sujeto pero siempre es uno, está filtrado por el inconsciente de uno.
Entonces todos estos cuentos que leí me servían para hacer una extensión de Excesos, finalmente la idea de la puesta en escena es que todo parte con Excesos y después se va ampliando, excediendo, para ir con el título de la obra , sería como exceder el cuento Excesos, porque el cuento termina en que él se viste de su mujer y se queda “esperándose”, sentado esperándolo a él que es el mismo ahora convertido en ella, entonces pensé qué pasaría si efectivamente se encontrara con ese otro, que es el mismo , qué escenas podrían desatarse, si es que realmente él pudiera llevar cabo esta fantasía. Y eso es lo que hemos ido jugando, cómo estas escenas que se suman se convierten en recuerdos de escenas que vivieron estos dos personajes que se reencuentran, que vivieron, o fantasearon, o que reprimieron, o que olvidaron.
- Como la historia de la pareja de Los Domingos
Claro, en el caso de Los Domingos sería como el retrato más convencional de esta pareja viviendo el tedio y el ocaso de una relación, pasando después a lo que es Con la sonrisa en la boca, donde se puede apreciar un conflicto más filosófico sobre lo que es ser pareja, que espera el uno del otro y donde está muy fuerte la idea del espejo y los reflejos en las relaciones.
- Y luego está el texto más extenso, que es la novela Frente a un hombre armado
Ahí Wacquez aborda algo más fuerte, que es el poder y la violencia, y cómo se manifiesta dentro de las relaciones en el ámbito de la sexualidad, principalmente los roles de víctima y victimario, el que posee y es poseído y donde también se pone en cuestión lo femenino y masculino. Acá tenemos este personaje, que es un aristócrata y que pertenece a esta clase dominante, que va de cacería y que son justamente los cazadores, los que dominan, los que tienen las armas en sus manos. Y acá se imagina en el otro lugar a propósito que tiene una fascinación por uno de los criados, entonces él sueña y él se sueña a si mismo siendo sometido por él mismo, se sueña a él en el lugar del sometido, del reprimido, del sodomizado, es soñarse en ese otro rol social que no le pertenece, lo que finalmente es un sueño tremendamente cruel y violento consigo mismo.
Además de Cristian y Alfredo, el equipo de trabajo está constituido por el actor Felipe Zepeda, quien aparece en escena junto a Alfredo Castro; Macarena Bertoni, que trabajo la adaptación dramatúrgica junto a Cristian, y Damián Noguera como encargado del diseño sonoro, un elemento esencial del montaje.
- ¿Cómo participa el sonido en la obra?
Hay todo un juego con las voces en escena, de voces que ocurren en presente en escena, y voces que se escuchan en otra dimensión, que podría ser la mente del personaje, en ese sentido hay distintas fuentes desde dónde proviene el texto, hay un narrador que luego se convierte en un personaje concreto en escena, entonces hay todo un juego con las voces porque en momentos no sabe quién está hablando, quien es la fuente real entre el cuerpo, el doble, y se genera esas confusiones que son entretenidas, para lo cual Damián ha sido fundamental.
- ¿Y el trabajo con Macarena?
Con Macarena he trabajado en varios proyectos anteriores en análisis de texto e investigación. Nos juntamos varios meses antes, y ella me ayudó con la investigación porque ella tenía contactos para encontrar algunos textos que estaban medio perdidos y que no estaban publicados. Leímos juntos, y fuimos viendo cómo armamos una columna vertebral entre estos textos diversos, y finalmente nos casamos con estos cuatro que se unen súper bien como para armar un relato, y eso es algo que él (Wacques) también tiene como autor, que todo está atravesado por algo que lo lleva a pensar en una gran novela, como que siempre está pensando en una escena que es la misma pero no, siempre vuelve a los mismo lugares. Además, ella aparte de estudiar Literatura es Psicóloga, entonces aporta también en al trabajo con los conceptos, por ejemplo, acá está muy presente Freud con la idea de lo siniestro, entonces había que ver cómo tomarlos y poder ponerlos en escena más allá de la teoría, porque además Mauricio fue filósofo, entonces su literatura tiene harta filosofía compleja que hay que dilucidar y saber cómo materializarlas en escena. Esto es un ejercicio de traducir escénicamente la literatura, y obviamente se sacrifican cosas que funcionan mejor en literatura y no en la escena, entonces estamos tratando de llevarlo a escena de la manera más clara y nítida, pero son experiencia distintas.
- Cómo llegaste a la obra de Mauricio, un autor que no es muy conocido en Chile porque además gran parte de su carrera la desarrolló en el extranjero
Yo lo conocí por Alfredo, hace ya unos 15 años atrás, entonces yo sabía que él lo conocía y que se iba a fascinar por trabajar con él, y ahora que me metí a leerlo en profundidad, y hace un par de año comencé a leerlo, a sorprenderme, y es maravilloso, me encanta, pero es bien fuerte y poderoso, a veces incluso hay que descansar, pero para mí es un tremendo escritor chileno que tiene que tener el lugar que le corresponde. Se van a publicar sus obras completas en octubre y ojalá que coincida con el estreno.
Alfredo Castro: al rescate de un escritor poco leído en Chile
“Un autor complejo, un tema complejo y una puesta en escena maravillosamente compleja”, así define Alfredo Castro a Excesos, un trabajo que lo llevó a reencontrase con Cristian Plan luego que éste fuera su alumno y con quien trabajó en Almagro, monólogo que escenifica pasajes de Purgatorio, de Raúl Zurita, y de la novela Hijo de Mí, de Antonio Gil.
Tal como señala Cristian Plana, fue el propio Alfredo Castro quien le presentó la obra de Mauricio Wacquez, un escritor que para Castro resulta fundamental rescatar y dar a conocer en nuestro país.
“Me parece que lo más importante es el rescate del autor Mauricio Wacquez, un autor que fue fundamental en la historia de la literatura chilena y en Chile nadie ha leído y nadie conoce, y me parece que la puesta en escena lo más fantástico que tiene es el carácter rupturista que tenía Wacquez en su escritura, Frente a un hombre armado es una novela a través de una familia de terratenientes recorre todo el siglo XIX desde la Región del Maule, donde él es originario, y donde la puesta en escena cumple con el imaginario del autor que escribe uno de los textos más potentes y violentos de una relación homosexual que se ha escrito en Chile, una hilación poética, una hilación ideológica del tema del doble, no conozco nada igual”, sentencia.
Excesos estará presentándose en Centro GAM desde 5 al 27 de octubre de jueves a domingo a las 21:00h, y las entradas las puedes adquirir aquí.