Croma: filosofía, ciencia y teoría del color sobre el escenario
Por Sergio Espinosa
Era el año 2012 y Tercer Abstracto estrenaba Bermuda, su primer trabajo como compañía. Desde ese momento, definieron una premisa con la cual comenzaron a desarrollar todos los otros proyectos que vienen haciendo desde hace cinco años: “Estudiar un artista abstracto de las artes visuales, estudiarlo teóricamente y prácticamente, estudiarlo, ejercitarlo y llevarlo a la escena”, explica David Atencio, director y fundador de la agrupación que estrena el próximo 3 de junio su último trabajo: Croma.
La obra, parte del ciclo Teatro Hoy, es el quinto proyecto de la compañía, y se suma a una línea de trabajo que incluye nueve obras. ¿La historia? Una productora de cine es invitada a participar en la realización de un cortometraje. A medida que el rodaje avanza y las imágenes aparecen, el sentido de una realidad única e inequívoca es puesta en duda. Con este pretexto se abre la pregunta por lo real y lo relativo . ¿Qué es la realidad sino una construcción del observador?
Sobre los autores con los que trabajan, David aclara que los “escogen por su relevancia en la historia de la abstracción y también por la radicalidad de su propuesta”. En esta oportunidad, el foco está en los postulados teóricos y conclusiones prácticas de Josef Albers, artista visual influyente en la pedagogía de la Escuela Bauhaus y considerado pionero de la Teoría del Color. Tal como en sus trabajos anteriores, la compañía realiza un cruce interdisciplinar donde las artes escénicas y lo audiovisual se unen para debatir sobre la producción de la realidad mediada por las imágenes.
¿De dónde nace el interés por las artes visuales, David?
La idea que me fascina de las artes visuales es como poder trabajar materialmente, no con esa cosa que tiene el teatro que es la narración. Es pensar el espacio como si fuera una escultura, pensar el tiempo como si fuera una instalación, pensar la imagen como si fuera un cuadro. Desde ahí ha sido ese vínculo que hemos ido explorando de forma distinta en los montajes.
En este montaje abordan la teoría del color de Josef Albers ¿De qué se trata esta teoría?
La premisa es que el contexto te da el color. Por ejemplo, un azul no es un azul simplemente, sino que uno lo ve azul porque está al lado del amarillo y del rojo y si estuviera al lado de un morado se confunde con un rojo, entonces el valor está puesto en el contexto y está puesto en el punto de vista del observador. Eso fue el punto de inicio y de ahí nos fuimos desplazando a otros campos de estudios, como por ejemplo estudios culturales. ¿Qué es lo que pasa? Ocurre lo mismo, un chileno y un peruano se ven iguales a la luz de un alemán, pero a la luz de un chileno somos sumamente distintos, entonces todo depende del punto de vista desde donde lo estás mirando.
¿Cómo fue el proceso de creación de Croma?
Partimos el proyecto en noviembre del 2015. Nos dedicamos seis meses sólo a estudiar, a leer filosofía, ciencia y teoría del color. De esas reflexiones comenzamos a establecer una especie de mapa de investigación donde repasábamos ciertos temas y premisas. La imagen se volvió central y de ahí decidimos hacer un laboratorio de tres meses en donde ingresó todo el equipo, con los actores incluidos, donde se proponían problemas escénicos. Por ejemplo, cómo sería mirar todo desde el punto de vista de una cámara, cómo sería mirar todo desde el punto de vista de un extranjero o de un sordo.
¿Y cómo pasaron de los ejercicios a la puesta en escena que veremos?
En estos últimos tres meses comenzamos a hacer el montaje, que se trabajó a partir de improvisación, usando las estrategias de escenificación que exploramos antes. Esta improvisación se fue guiando por referentes de películas y llegamos a la siguiente construcción escénica: que es una producción de cine que está haciendo un cortometraje y nosotros, como compañía, estamos haciendo una película de esa producción. Son una serie de capas de ficción en donde se va relativizando el punto de vista de quien está mirando.
¿En qué etapa del trabajo están ahora?
La obra se termina de construir en esta semana. Por ejemplo, el guión final de la obra lo terminamos de producir dos semanas antes del estreno. Y eso es porque es realmente súper experimental o procesual todo lo que vamos haciendo, se va fijando por la acción, por el momento, no por el texto.
En tu experiencia. ¿cómo reacciona el público frente al teatro experimental?
Mi reflexión en torno al teatro experimental y contemporáneo, es que al espectador le gusta más, porque que entienda una historia ya pasó de moda, la gente está necesitando que ocurra algo y que eso fascine, y eso en el teatro experimental pasa de muchas formas. Cuando en un escenario se cae una pared es mucho más impresionante que cuando entra una persona por una puerta, por ejemplo. Y he sentido esa recepción del público y es como “en el teatro están ocurriendo cosas que en el cine no ocurren, que en los libros no ocurren”.