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Eduardo Luna: “La dramaturgia da cuenta de los procesos históricos que estamos viviendo”


Eduardo Luna: “La dramaturgia da cuenta de los procesos históricos que estamos viviendo”

Editorial Cuarto Propio lanzó antología dramatúrgica del destacado teatrista Eduardo Luna. Bajo el título La Imposibilidad del Silencio, el artista agrupó tres de sus obras más emblemáticas. “La producción de dramaturgia es amplia, tenemos muchos autores, cuando hacemos convocatorias públicas de textos nos llegan muchos autores, pero la edición teatral es la que es baja”, reflexiona.

Texto: Sergio Espinosa

En un intento por relevar la escritura dramática nacional, la Editorial Cuarto Propio se ha preocupado de mantener una colección que incluye obras de Juan Radrigán, Flavia Radrigán, Benjamín Galemiri y Alberto Kurapel, entre otros. En esta oportunidad, con el apoyo de la Universidad de las Américas, decidió publicar bajo el marco del Festival Internacional Santiago Off, un compilado de obras de Eduardo Luna, joven dramaturgo chileno que destaca en la escena teatral nacional e internacional.

Eduardo Luna, es actor, director y dramaturgo, formado en la Universidad de Chile, que tras iniciar su carrera como actor en la polémica Prat de Manuela Infante, funda la compañía Lafamiliateatro donde ha escrito y dirigido nueve montajes en casi trece años de trayectoria. Además, es uno de los fundadores del Festival Internacional Santiago Off, donde dirige el área de Circulación y formación de Audiencias.

La Imposibilidad del Silencio, es su primer libro, que contiene obras escritas entre el año 2010 y 2014, montadas con éxito por la compañía Lafamiliateatro. Sobre la inquietud de editar parte de sus creaciones, Eduardo explica que “parte por la necesidad de establecer cierta memoria de los trabajos que se van realizando. Es una manera de dejar testimonio de una compañía que ha logrado mantenerse durante trece años”.

El libro está disponible en diversas librerías del país y además en importantes puntos de venta especializados fuera del país, tal como la librería Yorick de Madrid, España y en Documenta/Escénicas de la ciudad de Córdoba, Argentina. La primera obra, Cuando Juana conoció a Robert Wilson, propone una mirada distinta sobre Juana de Arco conectándonos a través del lenguaje y el silencio con las preguntas fundamentales que circunscriben su rol en la historia. Todas las Aves nos presenta el encuentro entre Ulises y Eunice, un técnico de reparaciones y una mujer en busca de un televisor parlante que fuera de su propiedad. Los dos personajes juegan a encontrar un lugar en un mundo que les es ajeno. Niña Astronauta, toma como referente el drama de Nicole Aravena, una pequeña diagnosticada con una extraña enfermedad, Xerodermia Pigmentosa, para generar una visión íntima y crítica en torno al existir en función de la imagen televisada.

¿Por qué elegiste estas obras para estuvieran en el libro, Eduardo?

Son las últimas tres obras de la compañía. En las obras anteriores a este proceso había una idea mucho más intuitiva de la dramaturgia. Yo era el autor- director, y los textos estaban más ceñidos a una puesta en escena. Y estas tres obras tienen un tema literario más potente, cuando se escribieron no estaban pensadas para la puesta en escena directamente, sino que el texto tuviera una vida propia. Son textos con características mucho más literarias, entonces son mucho más digeribles para un lector, por eso nos decidimos por estas tres obras.

¿Cómo fue el trabajo con la editorial Cuarto Propio?

Fue un proceso súper bonito. Particularmente, yo vengo desde la dirección teatral y desde la actuación, no así de la literatura, entonces hay procesos que uno desconoce y fue muy bonito cómo me guiaron desde la editorial. Hubo un proceso de seis meses de revisión de textos. Ellos me hacían propuestas muy respetuosamente de cómo hacer que el texto dejara de tener una intención sólo teatral para el actor que tiene que interpretar, sino que también para el lector. Fue un proceso de aprendizaje y un trabajo muy colaborativo con la editorial, ellos están más preocupados de la idea del autor que de un asunto comercial.

¿Cuál es el diagnóstico que tu haces de la edición de dramaturgia?

La producción de dramaturgia es amplia, tenemos muchos autores, cuando hacemos convocatorias públicas de textos nos llegan muchos autores, pero la edición teatral es la que es baja. Y eso pasa por el desconocimiento de parte de los dramaturgos o de la gente dedicada a las artes escénica. Hay desconocimiento de cómo acercarnos a una editorial, en el cómo editar, en cuáles son las necesidades. Uno piensa que editar un libro sin el fondo del libro es imposible, y si es posible, finalmente no es tanta plata. Y en el caso de que tu proyecto sea atractivo, la editorial invierte. También, por parte de las editoriales, es muy distinta la comercialización de la dramaturgia a la comercialización de una novela, un texto histórico o de investigación, es menor el consumo, entonces hay editoriales que definitivamente no se dedican a la dramaturgia y las que se dedican no necesariamente tienen el amplio conocimiento de autores relevantes.

¿Cuál crees que es la relevancia de la edición de textos de dramaturgia para la escena local?

Para el mundo teatral es básicamente un tema de generar una memoria histórica de la producción. Hoy en día hay poco diagnóstico de lo que se está haciendo. Los festivales somos los que tenemos mayores diagnósticos porque tenemos mayor acceso a la recepción de los trabajos de los artistas, entonces tenemos más claro los panoramas en que nos encontramos año a año con la producción, entonces vamos entendiendo muy bien qué es lo que está pasando con el medio teatral chileno y de eso podemos desprender conceptos o ideas políticas de lo que se está haciendo. Sobre lo que está moviendo al artista chileno hay súper pocos antecedentes, entonces la dramaturgia da cuenta de los procesos históricos que estamos viviendo.  La edición dramatúrgica es la que va ir dando cuenta de los cambios y procesos, por eso es muy relevante que se edite.

¿En qué proyecto estás trabajando hoy?

Estrenamos el 30 de noviembre una obra que se llama Painecur. Durante todo el año pasado generamos una investigación a partir de un sacrificio mapuche en el año 60, un sacrificio de un niño mapuche a propósito del terremoto en una comunidad en Puerto Saavedra. La dramaturgia está en proceso de término ahora en estos meses para empezar el montaje. La obra no va a tratar específicamente sobre el caso, sino que el caso nos abre toda una discusión sobre la idea de que en Chile haya una idea plurinacional en términos de derecho. La obra va a apelar al derecho en Chile de los pueblos originarios.

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