LaRenton Familea revive las “1800 horas por la educación” en el teatro
En 2011, en medio un movimiento estudiantil que día a día salía a marchar y protestar a las calles por una educación gratuita y de calidad para todos los jóvenes chilenos; un grupo de estudiantes de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile decide hacerse parte de ella con una iniciativa muy particular. El 13 de junio, un joven comenzó a correr alrededor del Palacio de La Moneda con una bandera negra y un número 1800 en ella. Era el inicio de las “1800 horas por la educación”, una maratón que duraría 75 días seguidos, y que a través de cientos de personas que realizaron su propia maratón en Santiago y en regiones, buscaba visibilizar el presupuesto necesario para responder a las demandas de los estudiantes.
A cuatro años de ese suceso, sus propios creadores quisieron revivir la experiencia, pero esta vez desde un escenario y con la obra El año internacional del olvido. “Desde finales del año pasado que estaba con la inquietud de trabajar con esta acción”, cuenta Sergio Gilabert, director del montaje e integrante de la compañía LaRenton Familea . “No quisimos basarnos en ideas preconcebidas, sino que confiamos en el potencial de esta historia que conocíamos bastante, y a partir de ahí fuimos descubriendo y desplegando distintas dinámicas para llevar a cabo lo que creíamos”, explica sobre el proceso de creación.
Para sus autores, la necesidad de hacer esta obra nace como una forma de seguir formando parte de ese movimiento que revolucionó al país en 2011, a pesar de ya no formar parte de una casa de estudios. “La resolución del conflicto estudiantil aún es un tema importante pendiente para muchos. Todos quienes integramos este equipo egresamos hace poco, y recién dejamos de ser partícipes del estamento estudiantil”, cuenta Sergio Gilabert. Y continúa: “Hubo un momento en que nos tocó ser parte de un movimiento importante desde la primera fila. Hoy para nosotros es importante hacernos parte de esta reflexión desde nuestra trinchera que es el teatro”.
¿Por qué titulan su trabajo como El año internacional del olvido?
El nombre del espectáculo refiere a que ese año -dentro de muchas cosas- se conmemoró el año internacional del Alzheimer, y justamente estábamos preguntándonos desde que perspectiva planteábamos este ejercicio de memoria. El olvido como fenómenos pareció vital a la hora de reflexionar sobre las posibilidades que la historia y el tiempo le dan al hombre.
Dicen que la obra tiene una puesta en escena lúdica y colectiva, la cual invita al espectador a ser parte de una nueva manifestación que reflexiona en torno a la idea de tiempo y revolución. ¿Qué vamos a ver en el escenario? ¿De qué manera participa el público?
Cuando decimos que nos basamos en las “1800 horas por la educación” es porque realmente nos inspiramos en ese momento -en ese hecho específico- para crear una nueva manifestación. No trabajamos la traducción literal de la corrida, quisimos tomar ciertas consignas que tienen que ver con el factor temporal y el cuerpo en movimiento, para construir un ejercicio dinámico que incluyera al público, y que estos sintieran que existe la posibilidad de hacerse partícipe de una experiencia común. Prácticamente todo el montaje es parte de un juego, la improvisación es muy fuerte en este trabajo, por lo que aseguramos que probablemente jamás haya una función igual a la otra.
¿Qué elementos reales mantuvieron o incluyeron en la obra?
Los documento reales lo tomamos como nuestro material base para crear una ficción. Consideramos que la experiencia de la que fuimos parte ese año nos entrega las herramientas necesarias para desplegar bastantes posibilidades y jugar con ello.
El 2011 se construyó una acción de propaganda y hoy quisimos transformar eso en un espectáculo. Nunca intentamos hacer una traducción literal de la intervención, sino mas bien desplegamos ese remanente que nos hacia resonar de aquella maratón por la educación. Este ejercicio se constituyo como un laboratorio, y así de esa manera es que nos disponemos al 100% a ser parte de un laboratorio que formule un proceso que este en constante movimiento.
El año internacional del olvido se presentará hasta el 31 de octubre en la sala Agustin Siré de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile (Morandé 750, Santiago). Las funciones son de jueves a sábado a las 20:00 horas, y las entradas tienen un valor de $4.000 general, y $2.000 estudiantes y tercera edad. Reservas: larentonfamilea@gmail.com.