Leonel Arregui: el sanador del teatro
“¿Has ido al teatro? Soy Leonel y esta es una pequeña obra de teatro”. Así se presenta Leonel Arregui antes de cada función de Medicina Teatro: pequeño espectáculo de marionetas para la salud. Esta idea original del actor, que cuenta con la dirección teatral de Jaime Lorca -fundador de la extinta compañía La Troppa-, pone en escena el texto de Claudio Bertoni Poema para una joven amiga que intentó quitarse la vida. Pensado para uno o dos espectadores, se trata de un viaje imaginario en que las manos de Arregui van contando una historia con la ayuda de lápices y gestos, mientras las palabras de Bertoni se escuchan susurradas a través de los audífonos que usan cada niño y su acompañante.
Con este trabajo, Arregui ha ido creando un mundo en medio del Hospital Luis Calvo Mackenna, el Colegio Casabierta de Coaniquem en Pudahuel y la Escuela Hospitalaria Cardenal Juan Francisco Fresno del Hospital Clínico de la Universidad Católica. Un mundo que, con 300 funciones gratuitas durante junio y julio, ofrece un escape a los pacientes y sus familias. “La idea de este teatro en miniatura es que la gente salga sin tener que ir al teatro”, asegura.
Acompañamos al actor en una de sus visitas al Hospital Luis Calvo Mackenna. En medio del dolor, Arregui entra a cada habitación con una mesa transformada en un escenario. Cuando acaba la primera función de 10 minutos, la mamá de Pablo (8 años) aplaude emocionada, mientras el actor le pide al pequeño un dibujo para sumar a su pared llena de retratos y paisajes que los niños han creado después de conocerlo. Pablo dibuja su mano. “Ahora eres parte de la obra”, le dice Arregui.
La segunda función es para Guillermo (14 años). Su mamá se conmueve con los primeros versos del poema: “Me gustaría ser un nido si fueras un pajarito / me gustaría ser una bufanda si fueras un cuello y tuvieras frío”. La función debe interrumpirse por un momento para ayudar a Guillermo, y continúa después de que su madre le administra su medicina. Al terminar, felicita a Arregui por su iniciativa. Las últimas dos funciones del día serán para Emilia y Valeria (7 años).
En cada presentación ocurre algo diferente, y Leonel debe improvisar de acuerdo a cómo reacciona cada niño. Sin embargo, él nunca profundiza en por qué están ahí. “No tengo por qué resurgirlo”, dice. La idea nació por intuición: un familiar suyo estaba con cáncer y él se preguntó cuál podría ser su aporte en la recuperación. Pensó que como actor no tenía mucho que hacer, pero luego se dio cuenta que podía armar un buen espectáculo teatral que ayudara a desconectar a las personas de su situación y llevarlas a otro mundo.
¿Cómo ha sido la reacción de los papás y de los niños que han visto la obra?
Es súper buena. Cualquier cosa que no sea la intervención quirúrgica, los exámenes, todas esas cosas invasivas que viven constantemente los chicos, es bien recibido. Si uno llega con algo especial y distinto, ellos siempre van a estar agradecidos. Más profundamente, creo que en algunos casos ha sido muy emotivo. Muchas mamás se han emocionado harto con lo que logramos hacer en la obra, y los niños están agradecidos también, porque es una propuesta creativa en la que ellos pueden dibujar e interactuar.
¿Por qué la decisión de ese poema?
Decidí que la poesía tiene la capacidad de decir algo muy profundo en pocas frases. La poesía se ha usado para enamorar, para hacer feliz o desdichado a alguien. Para entrar a un hospital y hacer una obra en pequeño formato necesitaba algo conciso, profundo, entonces recordé el poema de Bertoni. Él me dio los derechos para este proyecto. El poema ya estaba y había que resignificarlo.
Tú además dibujas, tienes las tiras Con Todo Respeto. ¿Cómo ha sido mezclar el dibujo con el teatro?
Sí, es tambén una respuesta a qué podía hacer como artista para ayudar a alguien que se está sintiendo mal. Busqué las herramientas que tenía. Como soy dibujante, incluí el dibujo en mi pequeña obra de teatro. Como me gustan también las marionetas, hablé con Jaime Lorca para que me apoyara con la dirección del espectáculo, y él estuvo feliz de hacerlo. Fue una conjugación de las herramientas que tengo y no ir más allá, porque todos podemos aportar de alguna forma con lo que tenemos.
Ahora van a estar recorriendo los hospitales. ¿Hasta dónde esperas llegar con este proyecto? ¿Qué proyección le ves?
Tiene mucha proyección, básicamente porque no estoy preocupado de eso (risas). Lo que estoy ejecutando es lo que tengo que hacer, que es ir a los hospitales, pero maravillosamente ha ocurrido que mucha gente externa se ha interesado en el proyecto, personas que quieren trabajar en algo así, incluso los hospitales me han contactado. Está bien que se proyecte, porque es necesario. En muchos de nosotros existe la necesidad de hacer algo que aporte a la salud y también en la salud existe la necesidad de que nosotros encontremos la forma de apoyar.
Para cerrar, ¿por qué crees que la gente debe ver teatro, cuál crees tú que es su mayor valor?
Uno de los más importantes, es el tema de salir de ese lugar, sin necesariamente salir físicamente, y eso es lo que estamos haciendo con este teatro en miniatura. Además, al teatro hay que ir por ese vínculo que es propio del teatro: hay un ser humano hablándote. Eso no ocurre en otras disciplinas artísticas, que esté presencialmente ese ser. Eso es muy importante, generar el vínculo. Y también está la pausa. El mundo actual está muy rápido, muy desordenado, muy complejo, y el teatro es una pausa dentro de ese ritmo. Nuestro cuerpo nos pide esa pausa y vamos a hacerlo.