Roberto Cayuqueo, director de El pacto de Renv: “El arte y el artista tienen una posición de liderazgo”
Texto: Sergio Espinosa
La idea nació cuando tres amigos: Roberto Cayuqueo, Cristián Martínez y Simón Jara se juntaron con ganas de hacer una obra de teatro. “Desde nuestras distintas trincheras teníamos las mismas inquietudes con respecto a la identidad, a cómo se forman los pueblos, a quién nos cuentan la historia y cómo va mutando la historia y la identidad de los pueblos”, cuenta Martínez, dramaturgo y actor en el montaje.
“Estábamos pensando en cómo hacíamos una obra y yo les conté del Renv, un lugar sagrado para el pueblo Mapuche, donde los más antiguos guerreros podían, a través una ceremonia, transportarse en el tiempo y espacio”, agrega Cayuqueo, dramaturgo y director del nuevo estreno del ciclo Teatro Hoy, que estará en cartelera entre el 2 y 25 de junio en el Teatro del Puente.
En 1860, el francés Orélie Antoine de Tounens llega a territorio mapuche para fundar el Reino de la Araucanía y la Patagonia. Con el apoyo de representantes del pueblo, es proclamado rey y configura una monarquía constitucional hereditaria que el Estado chileno jamás reconoció. La obra toma esta anécdota histórica y se instala desde otra vereda para imaginar un mundo donde este reino sí existe.
Para los autores, la obra aborda principalmente el tema de “la identidad individual, más allá de un conflicto entre pueblos y razas y en cómo se enfrenta cada espectador a estas diferencias culturales, a las cuales estamos todos sometidos”, cuenta el director del montaje, quien agrega que el objetivo final es pensar en “qué es nuestra identidad, qué es la chilenidad o mapuchisidad y cómo podemos construir un futuro juntos con toda esta historia violenta detrás de nosotros. Para bien o para mal, la gente tanto mapuche como chilenos, debe reconocer que hemos construido una historia juntos, y esa es la historia en la que nosotros estamos intentando reflexionar”. Martínez agrega que “la obra habla de la identidad y toma el tema mapuche como una herramienta, pero bien podríamos hablar de los vikingos”.
¿Cómo trabajaron el texto, Cristián?
Fuimos formando escaletas desde lo más grueso a lo más fino. La escaleta la armamos entre los tres con lo que queríamos que pasara. Los detalles más generales del texto son nuestras grandes preguntas y nuestros personajes son las respuestas que nosotros vamos a encontrar.
La llegada de inmigrantes a Chile, puso otra vez el tema de la identidad sobre la mesa…
Cristián: Estamos en un momento clave. Está quedando en evidencia que no tenemos idea quienes somos, cuando reaccionamos con violencia frente a los inmigrantes, yo creo que es un grito de alerta, y eso es fundamentalmente porque no tenemos ideas de quienes somos. Hay gente que lo tiene mucho más resuelto, como los peruanos, venezolanos o colombianos. Nosotros somos un pueblo que todavía está en pañales en eso.
Roberto: En residencias hemos trabajado con niños y para mí ha sido súper revelador. Por ejemplo, en la escuela pública de Huechuraba los niños saludan en mapudungún y esas son cosas que antes no existían. Yo creo que estamos ante una nueva generación que va a aceptar estos cambios. Soy optimista, es una generación que en el colegio tiene compañeros que son haitianos, colombianos, peruanos y ya están viviendo la pluriculturalidad. Afortunadamente, la generación que mantiene el racismo y cierto sentido de servidumbre, se está marchando, y está bien, ese es el orden natural de las cosas.
Los creadores aclaran que el montaje también habla de los puntos de encuentros que existen entre un pueblo y otro. “Juntamos a un chileno, un mapuche y un francés y nos cuestionamos los límites, pero también los parecidos. Hasta adonde nos parecemos. El ser humano es el mismo en todas partes, la cultura te dura cinco minutos y finalmente el ser humano siempre buscar honrar a sus ancestros”, dice Cayuqueo.
¿Qué crees que nos diferencia, Roberto?
En lo que nos separamos es en la explotación de los recursos naturales, hay culturas que parece que quieren arrasar con todo y otras culturas que quieren preservar y que miran a los ríos, el mar, los lagos o volcanes como seres vivos, y ahí es donde yo siento que nosotros como pueblos originarios podemos aportar una mirada al mundo. Y lo venimos diciendo hace 500 años y ahora parece que nos vienen a encontrar razón con que el agua es sagrada, porque se está acabando.
¿Por qué crees que es necesario abordar estos temas en el teatro?
El arte y el artista tienen una posición de liderazgo, no es sólo pararnos y buscar hacer obras de teatro bonitas y chistosas. Para mi tiene que ver con que tenemos que encontrarnos en nuestra historia, en nuestra humanidad y en nuestra identidad. No nos interesa hacer un teatro que solamente entiendan unos pocos, a mí me encanta el teatro para pasarlo bien, pero sí te tiene que dejar algo, que a lo mejor tiene eco años después.
Detrás de El Pacto de Renv está el Colectivo Epew, un grupo interdisciplinario creadores de la campaña #DonaTuLibro que busca rescatar historias de comunidades mapuche y campesinas aisladas en el sur de Chile, a través de la técnica del Site Specific Theatre.
Panarife, es el otro proyecto en el que se encuentran trabajando, un montaje de sitio específico que se estrena el 17 de junio. ¿De qué se trata? Un recorrido que habla de la historia de inmigración de los panaderos mapuche. “De alguna manera El pacto de Renv y Panarife, para mí son ejercicios directoriales que no están separados”, dice Cayuqueo.
¿Cómo eligen los temas con los que quieren trabajar?
El colectivo nace en territorio, en comunidad y desde ahí nosotros hemos extraído los dos trabajos que este año estamos presentando en Santiago. De alguna manera estamos debutando en Santiago. Todo este material está extraído de la residencia que nosotros hemos hecho en el sur.