Tomás Vidiella: “Mi único auspiciador ha sido el público”

El actor, quien regresa el 6 de julio al Caupolicán con su emblemático Cabaret Bijoux, retoma el rol de Lulú, un travesti querible, patético y discriminado como todos sus personajes.

Por Carmen Mera O.

Nueve son los teatros que ha creado y administrado Tomás Vidiella en sus más de cuarenta años de vida artística y “únicamente con el auspicio del público”, comenta a poco de volver a escena con Cabaret Bijoux, estrenado en 1976 en el entonces teatro Hollywood de avenida Irarrázaval.

Esa fue una de las primeras salas del actor, quien ahora vuelve a llenar de brillos,  música y baile el escenario del teatro Caupolicán con esta pieza de Alfredo Zemma y adaptación de José Pineda, que alude a luces y sombras de un cabaret con sus explotados personajes llenos de humanidad y patetismo también.

Para Vidiella uno de los grandes atractivos es que desde la platea se puede ver en dos planos lo que ocurre en la escena y en la bambalina de este local venido a menos, “o sea que hay una especie de voyerismo de parte del público”.

¿Cómo se define este espectáculo?

Es el típico melodrama donde sus personajes se agarran a la vida como el gato frente al espejo. Son artistas explotados por su dueña, pero igual este lugar constituye una especie de refugio para sus existencias tanto real como en escena. No les queda otra.

¿Y desde dónde se instala el humor?

¡Es que es muy graciosa! Y te advierto que no hay ni un sólo chiste, es que sus vidas son un chiste en un ambiente en el que cabe hasta el Ballet de las Gordas que creamos con Isabel Allende cuando montamos Los 7 espejos, basada en una de sus novelas.

Aparentemente el cabaret ya no existe, por lo menos como en esta obra se presenta.

Es cierto que hoy el cabaret como una forma de espectáculo casi no existe. Yo lo encuentro más emparentado con el circo en el carromato donde se vive y comparte todo.

¿Debe ser un espectáculo caro de montar?

En primer lugar me llamó el teatro Caupolicán, soy el único actor que ha hecho allí temporadas de cuarenta días seguidos con una obra y a tablero vuelto. Soy también un actor que nunca ha tenido auspicios, nunca me han dado un Fondart y no sirvo para andar pidiendo cosas. Mi único auspiciador ha sido el público a quien le estoy muy agradecido y para él trabajo. También es como mi familia, siempre me ha acompañado.

Y Vidiella, además de director, volverá a su rol de Lulú, un travesti estrella del cabaret que derrocha simpatía y humor para aminorar sus penurias de marginal soledad. Lo acompañan Cristina Tocco, Consuelo Holzapfel, Remigio Remedy, Alejandra Flores (bisnieta del actor Alejandro Flores), Diego Casanueva, Adela Calderón, Soledad Bórquez, Axa Gonzalez y María Elena Carrasco.

Todos seguramente recordarán a sus antecesores en estos roles, entre ellos, Silvia Piñeiro, Soledad Pérez, Eliana Vidiella y Sonia Viveros.

La asistencia de dirección es de Francisca Olivares y la música en vivo a cargo de Santiago Retti y Roberto Trujillo (hijo de Valentin Trujillo).

La fiesta será entre el 9 y 26 de julio en el Caupolicán para seguir luego a Valparaíso y realizar una gira nacional.